Como siempre, deseo darle las gracias a mi gran amiga la Dra. Janeth Peñafiel, por enviarme la columna del Hijo del Santo para poder compartirla con todos ustedes...
Les escribo desde California para desearles lo mejor y narrarles una charla de nostalgia que tuve con Rey Misterio Jr.
Estimados amigos, espero que estén disfrutando este primer día del año nuevo en compañía de sus seres queridos.
¡Deseo sinceramente que este 2016 se cumplan todos y cada uno de sus propósitos. Yo, igual que ustedes, también lo inicio con muchos sueños y proyectos por cumplir y estoy convencido que así será, ya que cuando decretamos lo que queremos, sucede!
Ayer, más que pedir en cada uva que me comía, agradecí todas las bendiciones que tengo y una es ésta: Escribir en El Gráfico, ¡gracias!
Así que empecemos con pensamientos positivos y una actitud optimista, aquello de las dietas y el famoso “ahora sí voy al gym” es cosa de cada año; sin embargo, lo importante es lo sustancial de nuestras metas más serias.
Hoy les escribo desde California. Ha hecho un frío intenso, a pesar de que tiene fama de su clima templado. Estas vacaciones las he disfrutado, como siempre, en compañía de mi familia y unos muy buenos amigos.
Otro agradable acontecimiento sucedió ayer, cuando tuve el placer de reunirme con mi estimado compañero y amigo Rey Misterio Jr., que radica aquí desde hace muchos años, y platicamos diferentes temas.
Recordamos con nostalgia aquellas sus primeras batallas, cuando formábamos trío con Octagón. Hablamos de lo importante que es disfrutar a nuestras familias y lo importantes que son para lograr mantener nuestra mente en calma.
Reflexionamos sobre lo afortunados que somos simplemente por el hecho de estar vivos, lo que nos hizo recordar con tristeza a muchos de nuestros compañeros que se nos han adelantado en el camino, como Pedrito Aguayo.
Obviamente, hablamos de mi lesión y mi próximo inminente retiro de los encordados. El tiempo no perdona, así que lo mejor que podemos hacer es aprovechar y disfrutar ¡el aquí y el ahora! en compañía de la gente que amamos y que nos ama.
También nos dimos cuenta de cómo pasan los años al ver a nuestros hijos crecer. Le platicaba a Rey que mis hijos venían a estos lugares teniendo apenas dos y tres años de edad y ahora que tienen 19 y 20 años siguen disfrutando de nuestra compañía, se siguen divirtiendo y sorprendiendo con todo lo que ven.
¡Entonces nos damos cuenta que ha valido la pena tanto esfuerzo y tantas horas de trabajo, llegando a la conclusión de que lo único que nos llevaremos al morir es aquello que disfrutamos en vida, como amar, reír, crear, viajar, compartir, admirar, ver realizados a nuestros hijos y sentirnos totalmente plenos y queridos por nuestro público!
Hoy por hoy, hay algo que valoro muchísimo: La salud y el amor de los míos. Y desde luego que ustedes son parte de ellos. Lo demás, yo trabajo para obtenerlo.
Y a propósito de lesiones, aprovecho para desearle una pronta recuperación a Sin Cara.
¡Feliz 2016!.. Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.
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